La muerte de un militar español en Afganistán es una nueva muestra, en primer lugar, de la hipocresia de un gobierno que presenta a los españoles una guerra como si fuésemos a una excursión campestre. Un gobierno que quiere ocultarnos que formamos parte de una coalición que está librando una guerra contra los talibanes y pretende liberar el país de una sangrienta dictadura medieval. Las tropas españolas han sufrido ataques armados y han dejado su sangre y sus vidas allí. ¡Dejen de mentir!. Dejen de insultar el sacrificio de esas tropas y reconozcan el mérito de querer librar el mundo de unos viles asesinos, enfermos de retraso y misoginia.
En segundo lugar, este hecho muestra, una vez más, lo bien engrasado que tiene el PSOE su aparato de propaganda. Desde un punto de vista estrictamente periodístico, la muerte del sargento español es titular de portada y debería abrir los telediarios. Pues bien, ni El País, ni El Periódico lo incluyen entre sus titulares de primera. Tampoco el teletexto de sus televisiones o las noticias de algunos medios de Internet, como Yahoo España (cuyo director no tiene reparo en conceder entrevistas a Gara), lo incluyen en sus resúmenes destacados.
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